Las naves que esperan

Temprano a la mañana, los barcos de colores esperan dormidos un viaje más en el puerto de Mar del Plata.
Es un mundo naranja y amarillo, duplicado en el agua que lo contiene.
Por seguridad o por castigo, no se sabe, los barcos permanecen atados, lejos de las olas, su habitat natural...




 El lobo lo consuela con su compañía...


 La puerta de salida a la libertad...
Atados a la tierra, la luz les imprime la vida que recobrarán al navegar...

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