Curiosas y mironas

Ahí están, curiosas y mironas, metiéndose donde nadie las llama. Se posan en lugares inverosímiles y casi inalcanzables.
Amparadas por la impunidad que le dan sus alas, te miran desde las cornisas, los cables o desde cualquier saliente, indolentes e insolentes.
También desde allí, sin aviso y sin horario, se despachan a gusto y con naturalidad sobre los desprevenidos transeúntes que dicen y maldicen.
Ahí están, curiosas y mironas

(Catedral de Viedma, pcia. de Río Negro, Argentina)




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