Las rocas y el agua

Alejadas del río, las rocas afloran de entre la vegetación como gigantes bien plantados.

Miro sus marcas profundas como arrugas, exibidas con orgullo. Me imagino que son el recuerdo de antiguas caricias que los ocasionales cursos de agua creados por la lluvia les regalaron una y otra vez en su eterno transitar.

El río ahora está lejos, pero quien sabe, quizás en otro tiempo, o antes del tiempo mismo, estas rocas y el río fueron amantes inseparables, unidos tan solo por caricias de agua.





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