Tapera
Aquella tapera enmohecida aún obliga
a sus paredes a separar el adentro del afuera, ignorando que ya no es refugio
de nadie.
Sus vanos desnudos sirven de
marco al entorno que la rodea, compuesto
principalmente por una enorme nada, más un molino y unos pocos árboles que
la miran con desgano.
En una de esas, quien sabe, en
las noches húmedas aquel que pasara por allí podría sentir el hálito de los sueños,
angustias y alegrías de quienes la habitaron. Solo la nada, el molino y los árboles conocen la verdad.
(Vivienda abandonada - Ruta nacional 22, Río Colorado, pcia. de Río Negro, Argentina)
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