Nuevo orden en la República de Cronopia
República Soberana de Cronopia. En los albores del nuevo siglo y luego de superar incontables errores y tropiezos nuestra joven sociedad está comenzando a cambiar, hemos crecido, estamos encauzados sin dudas en el camino correcto.
Como síntoma del innegable cambio operado en el conjunto social, el nuevo enfoque revisionista alcanzó finalmente a aquel oscuro principio universal por el cual los ciudadanos se presumían inocentes hasta que la ley demostrara lo contrario, superándolo en el plano de la opinión pública (paso previo a reformas de orden más radical) no sin grandes esfuerzos y luchas mediáticas libradas ante la apacible y hambrienta mirada de la gran mayoría ciudadana.
El principal protagonista de aquel formidable logro, fue sin duda alguna el conglomerado de medios de comunicación, quien con su poderosa maquinaria formadora de opinión lidió a brazo partido contra el aparato legal, que pretende seguir manteniendo el obsoleto principio de ecuanimidad para todo sospechoso de delitos de cualquier naturaleza.
De manera denodada y sin menguar esfuerzos de lucha, se logró suplantar paulatinamente en la mentalidad popular a través de técnicas de olvido selectivo-colectivo, las condiciones del establishment creado por los antiguos padres fundacionales, incorporando un sistema paralelo, ágil y práctico, acorde a los modos de vida de la nueva época, donde la implantación de sospechas a través del uso de redes sociales y de comunicación hizo más rápida y ejemplificadora la aplicación de sanciones de orden social para todo ciudadano de cualquier nivel, imputado en un presunto delito.
Como consecuencia de este histórico logro, los lentos dictámenes del aparato legal (que aún no se logra desarticular) pudieron ser desplazados a un segundo plano, dejando de obstaculizar el resultado de los juicios de la opinión popular, afines al pragmatismo imperante.
Tan práctico y exitoso resultó el nuevo sistema, que ciudadanos y organizaciones por igual estamos dejando de recurrir poco a poco a la vieja maquinaria legal como única opción, pudiendo lograr ahora condenas veloces y participativas de carácter social sobre cualquier persona u organismo con solo explicitar las acusaciones en modo on line en las eficientes redes globales fogoneadas por los tenaces medios de comunicación, siendo estas condenas por lo general más dolorosas y pesadas para el querellado.
Ahora, y acorde a la madurez ciudadana alcanzada, nuestros derechos no requieren mayor salvaguarda que la transparencia instantánea que nuestros actos sean capaces de demostrar ante lo que dio en llamarse las "Redes del Juicio".
El viejo aparato legal aún sigue funcionando, y si bien sus dictámenes se encuentra vigentes, resultan lentos y aburridos para la opinión pública, quien según las encuestas, prefiere definitivamente la popularización del nuevo sistema por ameno y veloz.
(Edificio del Honorable Congreso de la Nación - Ciudad de Buenos Aires, Argentina)
Gracias por tu visita!
Comentarios
Publicar un comentario