Dos palmeras y una iglesia

Domingo, 3 de la tarde. Dos palmeras y una iglesia sobresalen en medio del sopor de la siesta pueblerina.

La iglesia de puertas cerradas parece no haber dejado ingresar jamás en su interior a persona alguna.
La pulcritud existente a su alrededor desentona por completo con una inquietante falta de gente, propia de los sitios que uno podría asegurar que están abandonados.

Las dos palmeras flanquean la fachada de la iglesia y dan la impresión de querer apretujarse contra ella, conscientes de parecer sapos de otro pozo.

En medio de la tarde sofocante, dos palmeras y una iglesia intentan no pasar inadvertidas en la siesta del domingo.

(Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús - Luis Beltrán, Río Negro)




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