El tiempo y la memoria

El tiempo transita su propia estela, sin prisa ni pausa, inexorable y sin remedio.

Y el que diga que no acostumbra navegar por el tiempo pasado subido a sus recuerdos miente. En la memoria anida lo más profundo de nuestra existencia, todo lo que supimos hacer con las horas de nuestro tiempo, lo que nos modeló y lo que nos dejó marcas, las buenas épocas y también las malas, las risas, los amigos, una canción, cierta frase, un determinado atardecer, el perfume de una piel, aquella noche de amor, las grandes heridas que se vuelven a abrir de tanto en tanto. Los caminos que elegimos y los que no.

"Todo está guardado en la memoria". En una comunión perfecta, la memoria hace que el tiempo exista, mientras que el tiempo le otorga sentido a la memoria.

Cada experiencia de nuestros actos presentes resulta en la simiente de nuestros recuerdos futuros. Ignoramos el origen del tiempo, y también su destino, pero no es menester saberlo para seguir sembrando el alimento de nuestra memoria en su estela sin principio ni fin.

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